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viernes, 20 de junio de 2008

La Unión Europea y su democracia

Gordon Brown, el mismo Gordon Brown el euroescéptico, el Primer Ministro británico sometido a la presión de los conservadores y de los periódicos eurofóbicos, ha puesto el pie sobre el acelerador. Ha hecho ratificar, ayer, en vísperas del Consejo europeo, el proyecto de tratado institucional, este mini tratado que ha sustituido el difunto proyecto de tratado constitucional y que los irlandeses habían echado la semana última. Es un signo. Frente al peligro de ver la Unión desmoronarse lentamente, los dirigentes europeos quieren hacer frente.

Como se había sentido desde el sábado, quieren perseguir el proceso con ratificación, país por país, esperar que los ocho Parlamentos nacionales que no se han pronunciado todavía lo hayan hecho a su vez y volver, a continuación, hacia Irlanda para pedirle lo que desea. Será el momento de verdad. Irlanda podría decir entonces que se retira de la Unión, decisión que debería ser tomada por unanimidad de los 27 Estados Miembros, es decir con su propio voto.

Su gobierno, que había defendido vanamente el «sí», podría desear más verosímilmente que la Unión le da seguros escritas sobre el hecho de lo que este tratado institucional no la obligaría: ni a legalizar el aborto, ni a renunciar a su neutralidad. Eso no pondría problema ya que no se trataría allí más que de apaciguar fantasmas y los irlandeses podrían ser llamados entonces a votar.

Todo el problema es que, si hay muchos falsos temores a disipar en Irlanda, su voto no se debe sólo a ellas pero también, mucho más profundamente, a este enfado general de los europeos y de Europa, a este malestar de los ciudadanos delante de un proceso de unificación cuya finalidad ya no ven, no dominan el funcionamiento, descubren con retraso las experiencias y que echan en mucho país. Los gobiernos han decidido ir por delante, no de ignorar el voto irlandés sino de abrir al otoño, pasiones recaídas, una discusión racional con este país poniéndolo delante de las responsabilidades que le confiere su libertad.

No había gran cosa de otro a hacer pero, cuando muy incluso uno «sí» de Irlanda vendría, el año próximo, anular su« no », el malestar europeo no sería por eso menos grande. Crisis hay. Está grave y el único elemento que tranquiliza en este asunto es que se da, finalmente, cuenta, de todas partes, que el primer problema de la Unión es su falta de democracia.

La democracia de la Unión - puesto que existe, mucho más real que no se dice - es tan indirecta y torcida por los tratos entre gobierno nacionales que tantos más que el Parlamento, y los electores a través de él, no tendrán claramente la primacía en la Unión, esta crisis durará.

Mientras no haya partidos paneuropeos para proponer, a los ciudadanos europeos, programas sobre cuáles se puede elegir una mayoría parlamentaria, quien tomaría entonces el mando de la Comisión, del ejecutivo europeo, esta crisis se agravará.

miércoles, 18 de junio de 2008

Y si el NO Irlandés fuera una oportunidad para la izquierda europea

Europa en alerta roja

Aunque haya cada vez más pensar, la Unión no es el Titanic. Tiene acuerdos, instituciones, Tratados sobre los cuales funciona pero, desde este “no” irlandés, la Unión es a la deriva, avería de motor, sin brújula, y su situación es alarmante por tres razones.

  1. Si sus Estados, en primer lugar, habían querido refundirla sobre un nuevo Tratado hace tres años, si, a continuación, habían inventado este mini Tratado que los Irlandeses acaban de rechazar, es que sus instituciones actuales no responden ya ni a su tamaño de hoy ni a la necesidad de decidir juntas en numerosos ámbitos cada vez más. Ya vinculante a 6, la norma de la unanimidad se convirtió en, 27 y pronto más, la receta garantizada de la parálisis, de estas interminables negociaciones a puerta cerrada dirigido a compromisos cada vez más bizantinos, incomprensibles y tiernos.
  2. No solamente este nuevo bloqueo va a conducir a un poco más de todo eso - de lo que los ciudadanos tienen razón ya no soportar ya que esto no son ya soportables - pero la Unión, segundo problema, no podrá dotarse ni con un Presidente, ni con un Ministro de Asuntos Exteriores, las dos grandes proyecciones previstas con la extensión del voto por mayoría. La Unión seguirá no siendo personificada. No podrá tampoco establecer el servicio diplomático común que debía contribuir a la formulación de una diplomacia común y la incertidumbre en la cual volvió a caer no ayudará por fin a tomar alguna decisión cualquier cosa.
  3. La situación es tan grave que no se trata más de rellenar. En su desasosiego, los Gobiernos nacionales se imaginan de proseguir las ratificaciones por vía parlamentaria, llegar 26 “SÍ” y entonces volver hacia Irlanda, con algunas precisiones solemnes sobre tal o cual punto, algunas excepciones nacionales de más y una cuestión:
    “¿Están con nosotros esta vez?” Es una vieja receta. Ha funcionado varias veces pero, además que este “NO” podría bien estar reiterado esta vez y que los más liberales de los Europeos, de los que no quieren nada mas que de un único mercado, ya se activan, en Londres y Praga, para bloquear todo, esta parche no solucionarían nada.

Europa da en adelante demasiado miedo a demasiados europeos para seguir recurriendo a tales expedientes. Bien resumido, sábado, por Nicolas Sarkozy, su drama es que preocupa en vez de tranquilizar y que sus ciudadanos esperan soluciones concretas que no les proporciona.

“Vamos a ponernos a la tarea”, dijo el Presidente francés, pero no basta desgraciadamente con decirlo para poderlo.

Los Gobiernos son demasiados divididos y bloqueados por la unanimidad para pasar a una velocidad superior. Lo conseguiremos el día que los ciudadanos tomarán el poder en la Unión, donde habrá fuerzas políticas paneuropeas en presencia, programas europeos en debates y mayorías elegidas en Estrasburgo para aplicarlos tomando el poder a la Comisión, fuertes del mandato popular que tendrán.

Son los partidos que deben actuar para dar a la Unión la democracia cuya ausencia la mina.

El déficit democrático del modelo Europeo

El último ejemplo, decidido justo antes de las elecciones irlandesas, seguro que ha tenido un impacto sobre el voto: la decisión de la semana laboral de 65 horas es un perfecto ejemplo del déficit democrático europeo.

Salen en las portadas une decisión de la unión, que se burla de las legislaciones nacionales, que se toman sin debate dentro de los países, sin control por organizaciones democráticas, la decisión ya es tomada, a ver lo que podrá decir la eurocámara al respeto.

Las pobres excusas de lo que han votado:

  • No aplica en mi país…
    ¿por que has votado?
    ¿Te gustaría que un ministro de otro país vota algo que te obliga sin obligar a sus propios ciudadanos?
  • Sin hablar de los ministros que han votado en contra de sus propias legislaciones, en Francia la legislación contempla 35 horas, que son los fundamentos para que un ministro vota a favor de la semana de 65 horas, en contra de una decisión tomada por el poder legislativo francés, sin portar esta decisión en debate delante de estos legisladores.

Bien explicado, este proyecto tiene sus razones y por que no sus virtudes… (aún estoy buscándolas) pero dar la información en 10 segundos en las noticias en las principales cadenas de televisión provoca un efecto devastador.

Podemos ver la europea de hoy, la que no queremos pero que nos gobierna, decisiones reaccionarias, sin debate democrático, sin que sean sometidas a cualquier contra poder democrático.

Dudo que una mayoría de ciudadanos europeos quieran una política europea de regresión social. Y si la única política común frente a la mundialización para competir contra los bloques emergentes es la regresión social, queda restablecer el trabajo de los menores de edad, suprimir la jubilación para alinearse sobre el peor.

Si el déficit democrático de la europea de hoy es un de los males que frenan y bloquean la construcción de la Unión Europea, la respuesta debería ser mas democracia en lugar del menos que hemos visto en la búsqueda de forma de oponerse a la voluntad de los pueblos. Pasando la ratificación del tratado de Lisboa por las asambleas legislativas ¿A que sirve votar si al final es otra asamblea que decidirá si no votas como lo han decidido los que tienen el poder en Bruselas?

Hay varios modelos que compiten: desde un tratado de libre comercio hasta una confederación de euroregiones, pasando por un federación de estados naciones, en lugar de permitir a los que se oponen agruparse para rechazar algo, por que no permitir a cada corriente proponer su modelo y ofrecer en un referéndum único, la aprobación de todos los pueblos europeos del modelo que quieren de forma mayoritaria. Que cada uno se cuenta sobre su proyecto de construcción Europea.

Un proyecto de constitución europea

Se ha constituido una macro-comisión, tipo asamblea constituyente, sin ningún vinculo democrático, aun tengo mis dudas sobre la representatividad de esta comisión, tan han sido obscuras las nominaciones y quien representa quien en esta asamblea. Primer déficit democrático.

El presidente de esta Comisión: El francés Valery Giscard d’Estaing, presidente de Francia de 1974 hasta 1981, no da una imagen del futuro, en Francia le comparen a Louis XV, no lo siento creíble para hablarme de mi futuro:

¿Quién le nombro?

¿Cuál es su legitimidad democrática?

Teniendo en cuenta que desde 1981, el se ha destacado en derrotas electorales mas que en proyecto del futuro. Se ha nombrado alguien que no representa otros ciudadanos que el mismo. Segundo déficit democrático

El Rechazo del referéndum en Francia

¿En que un voto de un ciudadano español tiene menos peso que el voto de un ciudadano francés?

He entendido esta pregunta miles de veces tras el NO del pueblo francés a la constitución.

Tercer déficit democrático: se ha conseguido volver a obtener divisiones entre los pueblos europeos sobre una cuestión tan importante que un proyecto de tratado constitucional.

La Unión Europea fomento su división. Los debates dentro del partido socialista francés han demostrado que dentro de los rangos de los propios socialistas había discusiones duras y contundentes, dejando entrever que el proyecto presentado no estaba plenamente respondiendo a las esperanzas de los socialistas europeos.

El Tratado de Niza

Probablemente el peor tratado que se ha alcanzado en la construcción europea, ha sido el en centro entre los egoísmos de cada estado, nadie dispuesto a ceder algunas parcela de poder, todos convencidos que son los otros que deben dar sin recibir nada en intercambio.

Al final algo temporal previsto para durar hasta la aprobación del proyecto de tratado de constitución, se encuentra en vigor, sin que nadie (a nivel de la ciudadana) lo ha votado.

Salvo los irlandeses que lo han votado dos veces, una vez NO una vez SI, lo que permite a los europtimistas soñar que una vez conseguida la aprobación de los 26, los irlandeses volverán a votar y esta vez para el SI al tratado.

El tratado de Lisboa

1 614 866 Irlandeses se expresaron: 0,33% de la populación de Europa decidí sobre el futuro de 500 Millones de ciudadanos europea.

109 964 votos han marcado la diferencia: 0,02% de la populación europea han marcado el futuro inmediato de la Unión, la agenda de este largo y peinoso proceso de construcción de la unión.

  • ¿Quién lo ha leído?
  • ¿Quién lo ha entendido?

Es muy difícil a entender, a captar su coherencia, es casi imposible visualizar los cambios que este tratado puede aportar en la vida cotidiana de cada ciudadano europeo. Hasta un comisario Irlandés de la comisión europea ha declarado que no había leído el tratado por ser demasiado complicado.

La dificultad a apropiárselo, por la simple dificultad de lectura y entendimiento, el proyecto de tratado da una imagen bastante burocrática, alejada de la preocupación cotidiana de la ciudadana.

Mas de 30 capítulos, que modifican de forma importante la relación entre la ciudadana europea y la Unión Europea, con un única respuesta SI o NO, permite reunir sobre el NO un abanico de opiniones, desde la extrema derecha hasta una cierta izquierda, que quiere mas pero se agrupa en una unión contra naturaleza con los mas reaccionarios y los mas antieuropeos.

Al final, se ha conseguido, presentar algo que parece súmmum del pensamiento único: “Es esto o nada”… mejor le purgatorio que el infierno del vacío… para utilizar una imagen judeo-cristiana.

Basta ya de esta forma de democracia que sin convencer totalmente y animar a los que son a favor, moviliza y reúne en una mayoría heteróclita más preocupada por parar el proceso que para proponer y construir.

¿Quién gano?

Desde la bandera irlandesa flotando sobre la sede del partido de Jean Marie Le Pen en Paris hasta las portadas de la prensa de Rupert Murdoch. La derecha la más extrema se apropio la victoria, ellos saben muy bien que frenar la construcción europea sirve sus intereses y no los de los progresistas que quieren una Europa que une.

Una Europa solidaria, generosa y democrática capaz de asegurar el bienestar y la defensa de los más débiles.

Una Europa de la investigación y de la cooperación, una Europa capaz levantar la voz para imponer los derechos del Hombre y el principio de igualdad de las mujeres y de las minoridades oprimidas.

El oscurantismo populista

Creo que si se quiere alejar la europea del obscurantismo populista que la domina hoy, el parlamento europeo debe tomar sus responsabilidades. Más democracia debería ser la respuesta de los eurodiputados progresistas.

Una Asamblea Constituyente

He buscado la forma la más simple, de recurrir a mas democracia, lo he encontrado en las elecciones europeas del proximo año.

La renovación del parlamento europeo debe ser La Oportunidad democrática para instaurar un debate sobre el modelo europeo, también puede ser un momento privilegiado para educar, informar hacer que este momento se vive como la constitución de una asamblea constituyente de verdad.

Que el parlamento europeo se comporta con una asamblea constituyente de verdad, que la campaña electoral sea un momento privilegiado para expresar las líneas directrices del proyecto de cada fuerza europea.

“Las cosas claras se expresan en pocas palabras”. Los proyectos presentados deberían ser simples y entendibles por cualquier ciudadano europeo, sometido en un referéndum popular, el mismo día en toda europea, evitaremos así el proyecto único que federa en su contra más que en su favor.
El poder se conquista y no se da, los Eurodiputados disponen de una gran oportunidad para impulsar un nuevo modo de construcción europea, donde las conferencias intergubernamentales han demostrado dos veces su incapacidad a reunir los europeos en un proyecto único y federado.

Hacia un nuevo proyecto para la izquierda europea

Las fuerzas progresistas en Europa: Socialistas, Labor en Inglaterra, SPD en Alemania deben ser consciente que la izquierda no puede, más que otras fuerzas políticas conservatrices, dejar escaparse la idea de Europa, dejar construir una Europa de los grupos de intereses y las rebajas sociales generalizadas.

Hoy, es el momento de constituir un partido socialista paneuropeo único capaz de proponer un proyecto único, lleno de ilusión y ambiciones, respetando las dimensiones locales y nacionales de cada miembro de la UE.

Europa será federalista o no será, significa un proyecto común, diferencias culturales y sociales respetadas, sentimiento compartido de pertenecía a un proyecto democrático con visión al futuro.

Las 3 claves para el éxito son, de mi punto de vista Activismo, Debate y Democracia Directa.
  • Activismo: Los nuevos medios de comunicación que son Internet y sus aplicaciones debería permitir las expresión la mas larga de las esperanza del pueblo de izquierda, no únicamente limitado a los militantes. Se debe establecer un foro permamente entre los representantes y sus electores.
  • Debate: En las calles, en las asambleas de trabajadores o de ciudadanos: Explicar, explicar, explicar y permitir de vincular los problemas a la situación actual y las soluciones que puede aportar el proyecto. El ciudadano el más modesto del territorio el más lejos de Bruselas debe saber como se traduce en su vida de cada día tal o tal decisión comunitaria. Los políticos también deberán hacer prueba de coraje política al no criticar por la tarde una decisión de Bruselas que ellos mismo por la mañana han votado.
  • Democracia Directa: Los eurodiputados deben ser accesibles, dar a conocer lo que hacen, recibir quejas o preguntas de la ciudadana con derecho a perseguir, sin ir tan lejos que pedir una democracia directa a la Suiza, pero con una esencia democrática y deberes de explicar, formar e informar.

Si los eurodiputados cogen a mano este proceso de constitución deberían asociar, compartir discutir a un número muy elevado de ciudadanos.

Me molesta cuando las televisiones presentan la eurocámara únicamente en modo de evento, cuando una manifestación particular ocurre. Se hace un trabajo importante y muy preciso, pero demasiado lejos de la ciudadana.

Se debe asociar los sindicatos u organizaciones para elaborar políticas que sean comprensibles. En particular pienso a los afectado de la crisis del petróleo que han salido en las calles últimamente: Pecadores, Agricultores, Camioneros debería existir forma de entender y elaborar un plan, a nivel europeo conjuntamente con ellos, en lugar del “No podemos hacer algo debido que Bruselas lo impide…”

Son los eurodiputados, únicos representantes elegidos democráticamente dentro de la organización de la UE, que tienen la responsabilidad de actuar para dar a la Unión la democracia cuya ausencia la mina.

lunes, 16 de junio de 2008

Petróleo, poder adquisitivo, inflación

Des-aceleración, crisis, recesión
No me agrada resumir un problema a su sola dimensión semántica que tienen por consecuencia, a menudo, de no analizar los problemas en profundidad.
Más allá de la demagogia en su versión moderna que se llama Marketing Político, la naturaleza de la situación económica de España es bien mejor que en otros países europeos.
No somos en recesión, debido que esta palabra tiene su definición, entonces: ¿cual es la situación? ¿cuales son sus raíces y por que soluciones?
Las soluciones no pertenecen ya a la esfera de influencia directa de un Estado de la Unión Europea, sea cual sea, se puede esperar más imaginación y más voluntad en la protección del los más pobres, una mejor redistribución, un apoyo al sector de la educación, de la salud y de la atención social dado que son los primeros sectores que deben acoger las victimas de la crisis.
Cuáles son las causas, la duración para qué soluciones, es el análisis que comparto con este artículo.
De dónde viene la inflación (+4,7% anual, es la cifra parecida la semana pasada)
Lo que es extravagante, incomprensible, es que el puesto energía estalló, un más de 15% en un año. Es la causa principal, totalmente extraordinaria, a eso se añade la inflación sobre los productos alimentarios (6%), por parte puramente especulativa, lo que demuestra la ausencia de moral, control y reglamento de determinados mercados financieros.
Si al igual que analistas lo dicen, es la nueva demanda de la China, de la India y de los países emergente que requieren petróleo y hoy productos alimentarios, que es la causa principal de la tensión de la demanda, se puede constatar que estos países estaban allí hace un año o dos, por lo tanto esto no es una sorpresa, es una falta de anticipación.
Las crisis pasadas nos enseñan que siempre hay discontinuidades y si se sabe que vamos en la pared, es necesario esperar de golpearla para saberlo realmente.
Es necesario reconocer que la guerra de Irak acentuó esta tensión sobre la oferta energética; grande productor de petróleo, sólo es de 50% de su producción, eso hace que este mercado queda muy vulnerable, lo que implica por ejemplo que el menor acontecimiento en Nigeria hace saltar en la subida los precios del barril de Brent.
¿Va a durar?
Los detractores de la política monetaria del Banco Central Europeo se hacen discretos, los riesgos de arrebato de la inflación les incitan a moderar sus observaciones.
Todo depende de la dinámica que se comprometerá.
Es posible que como en los años 1970, después del primer choque petrolífero, el crecimiento continua hasta la llegada de un segundo choque que causó una crisis que rompió el crecimiento duraderamente y sobre todo se propago sobre todos los sectores.
O son, difícil decirlo cuando eres socialista, los asalariados que absorben el choque y habrá exactamente un pico y volveremos de nuevo a una situación estable a lo largo del año que viene.
El dilema está en el aumento de sueldos y en consecuencia una subida de la inflación a largo plazo. Lo que volverá de nuevo a una pérdida del poder adquisitivo de los asalariados así como un aumento importante del desempleo.
Hay también un efecto perverso de las empresas petrolíferas que se dieron cuenta de que nuestras economías eran mucho resistentes a las alzas de los precios de las materias primas que antes, este aumento no tenía efecto sobre el crecimiento.
Fue necesario esperar que el barril alcance 140 US$ para que esta subida afecte al crecimiento.
Los precios pueden seguir subiendo hasta causar una verdadera crisis el día o los asalariados no podran ya protegerse y absorber esta inflación.
Será en ese momento una verdadera crisis acompañada entonces de una explosión de la inflación para producir una recesión y a continuación una disminución forzada de la inflación.
Cambio de naturaleza de esta situación.
Todo es inédito, y por lo tanto las soluciones deberían ser también inéditas.
Hasta ahora las crisis financieras vinieron del sur: América Latina, Asia, Rusia, Brasil en los años 90, Argentina en los años 2000. Había una crisis financiera cuando los países del norte retiraban su confianza y su apoyo financiero a países del sur, lo que causaban el hundimiento de su economía.
Había inflación cuando el crecimiento de los países del norte era demasiado fuerte, como era el caso de los años 70.
Hoy todo se presenta a frente invertido: Hoy la crisis financiera viene de los países del norte que se tomaron los pies en su alfombra de la crisis de los subprimes y todos sus excesos asociados y la inflación vienen de un exceso de demanda de los países del sur.
Se puede observar probablemente los efectos precursores de la primera crisis de la mundialización, la demanda mundial es llevada por los países del sur y las crisis financieras y desajustes por los países del norte.
Sin que estos desajustes rompan el crecimiento mundial que podría disminuir la demanda mundial y en consecuencia reducir el coste de las materias primas y reducir así la inflación.
Y no se ven los países ricos pedir a los países pobres reducir su consumo de petróleo, trigo, maíz, soja y arroz.
¡Vuelve a morirte de hambre para que nuestros camioneros puedan mantener su poder adquisitivo!
Pues estamos ante una situación inédita sobre la cual no se tienen las soluciones, no se sabe cómo hacer, tanto las propuestas de las políticas de derechas como izquierdas son pobres y poco imaginativas.
El tiempo va a ser duro para el ciudadano europeo
Todo lo que la mundialización aportó de positivos, no se lo sabe demasiado porque se criticó la mundialización sobre los problemas de deslocalización (de la industria textil por ejemplo), pero es necesario constatar que el efecto global es positivo.
Hoy hay de montones productos que se pueden comprar muy barato (i-Phone, las pantallas planas, los portatiles (teléfonos y ordenadores)) ya que se producen al sur y que no se habría podido comprarse antes.
El aspecto negativo del mundialización para nosotros, hoy, es que este crecimiento de la demanda mundial enriquecida los países pobres que quieren sus lugares al sol pero serán también quizá los consumidores de nuestros productos y nuestros servicios de mañana.
Se está descubriendo un mundo de recursos raros, es necesario saber que en 2050 no habrá más una gota de petróleo sobre el planeta, es bastante extraordinario que se no tome conciencia, nos permanece 40 años para encontrar un diferente modelo de consumo.
¿Que nuevo modelo?
Hoy la única solución que se ve todavía es la inflación , la inflación que va a reducir la demanda siempre con el riesgo de frenar el crecimiento y causar una crisis social importante, espontánea y sin otra ideología que la defensa de las corporaciones y el refuerzo de los individualismos personales, regionales o nacionales .
¿Que pueden hacer los políticos?
Es mas fácil decir lo que no se debe hacer: No se debe responder en soluciones para favorecer tal o tal grupo de interés o lobby, tal y como lo piden los camineros, los pescadores o los agricultores, salvo tomar el riesgo de generalizar la crisis y otra vez hacer pagar a los mas pobre la defensa de intereses de grupos de presión. Entiendo el problema de los camioneros pero no estoy dispuesto añadir a la crisis que vivo en mi sector, las consecuencias económicas de lo que piden los camioneros u otros.
Ante esta mundialización, los poderes políticos nacionales sólo tienen pocas, por no decir en absoluto ningunas, márgenes de maniobra. Falta una Europa política y social que pueda contra equilibrar los modelos que nos imponen los imperios económicos:
  • De ayer: los Estados Unidos que hacen pagar a Europa la crisis de los subprimes y la guerra de Irak a través de una política monetaria y energética increíblemente egoísta por no decir inconsciente cuando a los efectos secundarios: Crisis financiera en Europa y crisis climática sobre todo el planeta.
  • Y de mañana: China y la India que reivindica el derecho, con mucha razón, a implicarse como el occidente.
El poder político puede reducir los efectos perversos sobre los más pobres y reflexionar sobre lo que está en juego de el siglo XXI: la investigación y desarrollo para acelerado el descubrimiento de soluciones a esta nueva escasez de las materias primas.
Y todos los días se espera no que protege a los ciudadanos de la inflación de las materias primas, así se prolongaría la duración de la crisis, él debe ocuparse los más debiles, estos cuyas normas de consumo son las más intensivas en materias primas, es decir, los más pobres.
Carece de mecanismo de redistribución para proteger los más desfavorecidos, no se tiene suficientemente mecanismos de redistribución.
Un poder político Europeo fuerte, capaz de pesar de forma coordinada sobre los organismos mundiales FMI y Banco Mundial, los imperios económicos de ayer o de mañana, poner un poco de orden y de moral sobre los fundos especulativos que tras las crisis de subprimes se encuentran especulando sobre las energías, las materias primarias y la alimentación.
Una ambición sobre el cambio de nuestro modelo de consumo energético, mas I+D+i, una política europea creativa para hacer de nuestro continente en nuevo modelo de consumo razonable y sostenible.
Una mejor política de redistribución para ayudar a los mas pobre a no ser los únicos a pagar las consecuencias mientras los fondos de inversiones se enriquecen, sin control, sin limites y sin moral, especulando sobre las energías y la alimentación.
Los neocons han ganado con el NO en Irlanda, ahora las izquierdas europeas deben hacer frente y proponer a los ciudadanos más: más Europa, más democracia, más política (al sentido noble de la palabra), más social (redistribución y ayuda a los mas pobres: Educación, Sanidad y Seguridad) y mas ecología para un modelo sostenible.
La Europa de la reacción del siglo XIX y XX ha demostrado ser preparada para conservar sus privilegios y dejar de lado a los más pobre:
¿Dónde es la Europa social y socialista? La Europa de la generosidad, de la solidaridad y de la redistribución: Es muy silenciosa, muy encerrada en sus lógicas nacionales respectivas, luchas de poder, demasiado lejos de los problemas diarios de la ciudadana europea.
¡A trabajar! Mas activismo, mas presencia en el terreno, mas proyecto para reconciliar los ciudadanos europeos con una visión hasta le futuro con más ambiciones, más iniciativas.
Necesitamos un nuevo proyecto presentado con entusiasmo lleno de ilusión capaz de levantar a las fuerzas vivas de europea.

jueves, 12 de junio de 2008

Los tres retos de las izquierdas europeas

Cuando hay demasiados candidatos a un puesto, es que nadie es sobresaliente para imponerse sobre los otros.
El problema de los candidatos a la dirección del partido socialista francés es que ningún ellos aún no se elevó sobre la batalla diciendo a la izquierda las razones de sus dificultades, en Francia como en toda Europa.


La primera dificultad es que estamos mas allá de tres décadas después de la guerra, a este corto paréntesis durante el cual el miedo de la URSS y el auge de la reconstrucción habían permitido en el Trabajo imponerse al Capital la extensión continua de los acuerdos sociales.
En la actualidad, el dinero no tiene ya miedo de nada, ni de los tanques soviéticos, ni de una Gran Noche. Puede deslocalizar el empleo e invirtió la relación de fuerzas entre el Trabajo y el Capital.
El desempleo como el final de las grandes concentraciones trabajadoras, el debilitamiento sindical que se siga como los verdaderos retos que lanzan a las empresas occidentales de nuevas tecnologías y nuevos competidores con costes de producción ridículos.

La segunda dificultad es que el Occidente, precisamente, no domina ya el mundo. Ante las potencias emergentes, estos países occidentales donde se habían afirmado, al mismo tiempo, las libertades y la industria no están ya sola de decidir.
Desarrollo económico y dictadura política: un nuevo modelo pesa así cada vez más pesado sobre la escena internacional.
Allí también, la relación de fuerzas cambió y no está, por lo tanto, solamente al desmantelamiento acelerado de las protecciones sociales a que asiste una izquierda impotente. Es también a un conflicto frontal de la democracia que el siglo de las Luces, luego las revoluciones americanas y francesas han sido los fermentos de la izquierda europea. Habían hecho un ideal universal, así a menudo ridiculizado pero incontestado.

La tercera dificultad de las izquierdas es que los Estados naciones no pueden ya ser el marco del compromiso social. En cuanto la economía no tiene más de fronteras, ninguna ley nacional no ofrece más protecciones inevitables. No es sino que el Estado “no puede todo”, como lo había dicho Lionel Jospin, pero que es de sobra inútil hostigarse a hacer evolucionar sus leyes ya que no puede tanto, en realidad, más mucho él pesa poco en un mercado mundializado.

Hay una conclusión que extraer de estas tres dificultades, un orden del día que debe proponerse.
Si las izquierdas europeas quieren aún poder defender sus ideales políticos y sociales, su tarea cardinal debe ser, hoy, trabajar en la unidad política de Europa. Debería ser su prioridad ya que solamente un poder público de tamaño continental podrá imponer al mercado mundial y solamente una Europa potencia podrá llevar la libertad en un siglo en que las dictaduras toman tanto músculo económico.
En fracaso en casi toda la Unión ya que no tienen nada de creíble a proponer dentro de sus fronteras nacionales, las izquierdas europeas deben unirse cuanto antes en un único partido paneuropeo, encontrarse aliados, conquistar la mayoría al Parlamento de Estrasburgo y tomar en manos la Comisión de Bruselas para hacer lo que Roosevelt había hecho la Casa Blanca: el instrumento de un “New Deal”.

miércoles, 11 de junio de 2008

Los Europeos son enfadados con Europa

En Irlanda un sondeo dio el “no” en cabeza, otro el “sí”. Más del cuarto de los electores sigue siendo indeciso.
No se sabe si los irlandeses adoptarán o rechazarán el nuevo Tratado europeo en el referéndum de mañana pero hay una certeza en esta incertidumbre: Los europeos son enfadados con Europa, por lo menos muchos de ellos en muchos países.
Se desconfían, la tienen responsables de todos los males y de sus contrarios, no saben dónde les lleva este proceso de unificación.
Resumidamente, la rechazan y los argumentos de estos de euroenfadados - “estoy a favor de Europa pero otra, más de esto, menos de eso… " no cambian nada a esta realidad.
Hay tantas causas a esta crisis que incluso una victoria del “SÍ” en Irlanda no debería llevar subestimar la.
La primera es que entramos en un mundo tanto nuevo e imperceptible que el miedo encarga la prudencia, conduciendo las naciones europeas a doblarse sobre el marco conocido de sus Estados porque prefieren uno tenido en mano que dos porvenires. Una revolución tecnológica sacudió las viejas industrias en las cuales se hacía su vida.
La aparición de nuevos gigantes económicos con costes de producción ridículos ejerce una presión sobre los salarios y los acuerdos sociales, por todas partes revisados a la baja.
La libre circulación de capitales y la unificación del mercado mundial por la reducción de las distancias crean nuevas competencias que cada región experimenta y vive difícilmente.
Sin hablar de nuevas crisis políticas que se multiplican, este contexto no son, obvia, favorables a un proyecto de construcción Europeo que pasó así rápidamente de algunas políticas comunes a la moneda única, tratados que se acumulan y la inclusión de nuevos países no conocidos por una mayoría de los ciudadanos de la Europa de los Seis o incluso de los Quince.
La Unión da el vértigo y la segunda gran razón de este rechazo es que estamos en un entredós: cada vez más decisiones dependen de las instituciones comunes pero sin que ellas mismas dependen, claramente al menos, de los electores europeos que tienen el sentimiento, muy justificado, de no tener peso sobre ellas.
La Unión sufre de un déficit democrático y, si se añaden a eso la crisis de las grandes corrientes políticas europeas, izquierda y derecha, y el descrédito de las élites, la ausencia de glamour de los Europeos para Europa se podría ser, aún, bien mayor.
Esta crisis no escapa al análisis. Se explica, al contrario, pero es doblemente catastrófica.
A permanecer en formación abierta, no presionar el paso hacia una potencia Europa que no podría ser sino federal, los Europeos rápidamente habrán perdido la batalla económica y política contra los gigantes, continentes o pedazos de continentes, que dominarán este siglo.
A no oponer al mercado mundial un poder público en condiciones de hacer el contrapeso, los Europeos no salvarán su modelo social sino lo verán barrer ya que los Estados naciones no tienen ya los medios de protegerlo.
Europa es una urgencia pero los Europeos consideran, ellos, que es urgente esperar.